Marruecos fue mi primer contacto con África y Marrakech mi primer contacto con el país. Una ciudad caótica, ruidosa, en ocasiones agobiante, pero con lugares increíbles que no puedes dejar de visitar. En este viaje dormimos 3 noches en la ciudad, y tuvimos 2 días enteros para disfrutarla.
El tercer día lo dedicamos a hacer una visitar a las increíbles Cascadas de Ouzoud, a menos de 3 horas en coche de Marrakech, y desde ahí nos dirigimos en coche hasta Ouarzazate, pero la visita a las cascadas es una excursión perfecta para hacer en el día volviendo a dormir a Marrakech si os sobra un día en la ciudad.
Marrakech es una cuidad perfecta para un fin de semana, ya que 2 días son suficientes para visitar lo imprescindible, tanto dentro como fuera de la Medina. Si vas a visitar Marrakech en breve no te puedes perder este post con todo lo que ver en 2 días en la ciudad.

QUÉ VER EN MARRAKECH DENTRO DE LA MEDINA
Plaza Jemaa el-Fna

Durante los 2 días que estés en la ciudad visitarás esta plaza varias veces, tanto durante el día como durante la noche, ya que es el centro neurálgico de la ciudad y desde aquí se puede ir muy fácilmente a la Mezquita de la Koutoubia, al Zoco, a la Plaza de las Especias…
De hecho, uno de los imprescindibles en Marrakech es ver atardecer en esta plaza, tomando un té de menta y disfrutando de los colores del cielo mientras el sol se pone detrás del minarete de la mezquita de la Koutoubia.
Probablemente cuando estés allí te insistan para que te hagas fotos con monos, serpientes…, algo que espero que no hagas para no contribuir al maltrato y a la explotación de estos animales.
Aparte de esto, podrás encontrar aguadores, vendedores de zumos naturales y, por la noche, muchísimos puestos de comida.
Si quieres disfrutar del atardecer, uno de los sitios más recomendados es el Café Glacier, aunque a mi personalmente no me entusiasmó, está abarrotado de gente y, aunque la vista de la plaza es preciosa, el sol se pone hacia el otro lado, así que no se disfruta mucho del atardecer…
La última noche la pasamos tomando un té en el Café Argana (tristemente famoso por el atentado terrorista de 2011 que costó la vida a 17 personas) y te aseguro que la puesta de sol desde aquí es mucho más espectacular.
Mezquita de la Koutoubia

La Koutoubia es la mezquita más importante de Marrakech y una de las más grandes de todo el mundo árabe. Construida en el siglo XII, está situada muy cerca de la Plaza Jemaa el-Fna y su nombre significa “Mezquita de los libreros”.
El minarete tiene una altura de 66 metros y sirvió de inspiración para la Giralda de Sevilla (que fue en su origen el minarete de la mezquita de la ciudad); además, es un punto de referencia para los turistas en las múltiples ocasiones en las que nos perdemos en la ciudad.
Por desgracia, ni las mujeres, ni todos aquellos que no profesan la religión islámica, pueden acceder al interior de la mezquita…
Tumbas Saadíes

Hacia el sur de la Medina se encuentran las Tumbas Saadíes, un complejo funerario situado junto a la mezquita Moulay El Yazid y cerca de la gran puerta Bab Agnaou.
El acceso se realiza por un estrecho pasadizo y resultan un poco difíciles de encontrar (con razón no se encontraron hasta 1917, a pesar de ser una construcción del siglo XVI…).
Tiene varias salas cubiertas donde descansan los restos de miembros de la Dinastía Saadí, así como jardines en los que se enterró a sus sirvientes y soldados.
La sala más famosa es la Sala de las Doce Columnas y es normal encontrarse una cola de gente para poder verla, ya que sólo se puede ver por un hueco no más ancho que una puerta. El resto de salas, aunque están también cubiertas, son más abiertas y se pueden ver más fácilmente.
La entrada cuesta 10 dirham (precios 2018).
Madrasa Ben Youssef
La Madrasa Ben Youssef fue construida en el siglo XIV y es la escuela musulmana más grande de Marruecos; se utilizó como escuela hasta 1960 y en la actualidad, es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad de Marrakech, con un patio central con una alberca y una decoración preciosa de azulejos y estuco.
Es uno de los lugares más fotografiados de la ciudad, pero por desgracia estará cerrada al público hasta 2020, así que nos quedamos sin visitarla. Tocará volver a Marrakech a partir de esa fecha para poder verla…
La entrada cuesta 10 dirham (precios 2018).
Zoco de Marrakech

El Zoco de Marrakech se encuentra al norte de la Plaza Jemaa el-Fna y se extiende por muchos kilómetros de callejuelas estrechas, a veces cubiertas, tiendas preciosas y pequeños puestos de comida.
En el zoco se vende prácticamente de todo y los artesanos del mismo ramo se encuentran agrupados en una misma zona, siendo el Zoco de los tintoreros uno de los más famosos. En el Zoco también podrás comprar artesanía, ropa, especias, comida, cosmética, alfombras, productos típicos marroquíes…
Para encontrar los mejores chollos no te fíes de los guías, ya que acabarás comprando más caro. Fíate de vuestro instinto, pasea, piérdete por las callejuelas y, sobre todo, regatea. Les extrañará que no lo hagas, ya que es algo que esperan.
A mí personalmente se me da fatal el regateo, pero es la forma de conseguir los mejores precios, aunque reconozco que a mi me resultaba muy agobiante, ya que los vendedores son capaces de hablarte casi en cualquier idioma para conseguir que compres en su puesto.
Plaza de las Especias

Muy cerca de la Plaza Jemaa el-Fna y del Zoco se encuentra Rahba Lakdima, la Plaza de las Especias, para mí una de las más bonitas de la ciudad. Con su arquitectura rosa, los famosos restaurantes Nomad y Café des Épices, los coloridos puestos de especias, de alfombras y de artículos de mimbre…
En nuestro viaje pasamos por aquí por la noche y es curioso como cambia respecto al día; en cuanto se van los puestos callejeros y se queda vacía, la plaza pierde parte de su encanto, pero durante el día y hasta la hora de cenar, merece mucho la pena visitarla.
Palais El-Badi

A pesar de que actualmente sólo quedan los restos de lo que fue en su origen, el Palacio Badi fue uno de los lugares que más me gustó de Marrakech. Su nombre significa “incomparable”y no es para menos, ya que desde el gran patio se puede apreciar la inmensidad de lo que era en su origen.
Se construyó en el siglo XVI para conmemorar la victoria de Marruecos sobre el ejército portugués y en su momento tenía más de 300 habitaciones.
En la actualidad solamente se conserva un gran patio con naranjos y un estanque central, algunas estancias reconvertidas en salas de exposiciones, los antiguos calabozos y la muralla, desde donde se disfruta de una vista muy bonita de Marrakech.
Además, en una de las salas se encuentra el minbar original de la Mezquita de Koutoubía.
La entrada cuesta 20 dirham (precios de 2018).
Palacio de Bahía

A diferencia del Palacio Badi, el Palacio de Bahía se encuentra prácticamente intacto, y tiene una superficie total de unas 8 hectáreas, incluyendo el palacio y los jardines.
Se construyó en el siglo XIX con la intención de ser el palacio más grande del mundo, y cuando fue abandonado se saquearon todas las estancias. Es por ello que no conserva ningún mobiliario, aunque se mantienen perfectamente la decoración de los techos y de las paredes de azulejos.
Una de las partes más importantes es el Harén, con un gran patio decorado con un estanque central y rodeado de las habitaciones de las concubinas. Además, tiene unos preciosos jardines con fuentes y decorados con azulejos que no puedes dejar de visitar.
La entrada cuesta 10 dirham (precios de 2018).
QUÉ VER EN MARRAKECH FUERA DE LA MEDINA
Puertas de la muralla

La Medina de Marrakech está rodeada por una muralla de más de 15 kilómetros y con una altura de 10 metros, que separa la parte antigua de la ciudad de la nueva y que se puede recorrer casi en su totalidad. Está construida en arcilla y adobe, lo que le da su característico color rojizo, y tiene más de 200 torres.
El acceso a la medina se hace a través de 10 puertas de entrada, entre las que destaca la Puerta de Bab Agnaou (originaria del siglo XII, pero reconstruida en la actualidad), aunque hay otras puertas interesantes que merece la pena visitar.
Jardines Majorelle

Se encuentra fuera de la Medina y quizá sea lo menos marroquí de toda Marrakech, pero a mí es uno de los lugares que más me gustaron (a pesar de que toda la tranquilidad del lugar se ve empañada por la cantidad de turistas que lo visitan).
Este jardín botánico fue diseñado en 1924 por el pintor francés Jacques Majorelle, cuando Marruecos estaba administrado por Francia.
En los años 60 fue abandonado, hasta que Yves Saint Laurent y su pareja lo adquirieron en 1980.
El diseñador instaló allí su vivienda particular, lo restauró y aumentó el número de especies vegetales (hasta casi 300 que hay en la actualidad). Además, creó el Museo de Arte Islámico de Marrakech, donde exponía su colección personal. Actualmente se pueden visitar los jardines y el Museo Bereber.
La entrada cuesta 70 dirham para los jardines y 30 dirham para el museo (precios de 2018).
Jardines de Menara

Están situados también fuera de las murallas, y cerca del aeropuerto, y son el lugar perfecto para encontrar un poco de tranquilidad lejos del bullicio de la ciudad.
Estos jardines fueron construidos en el siglo XVI por la dinastía saadí y aunque en su origen estaban únicamente reservados para los sultanes, en la actualidad están abiertos al público.
El espacio central tiene un estanque con un pequeño pabellón, que está rodeado de huertos y campos de olivos.
Por desgracia no nos dio tiempo de visitarlos, ya que volvimos muy justos desde Ouarzazate para coger el vuelo de vuelta. Y como ya comenté en mi post de Consejos para un road trip por Marruecos, hay que estar en el aeropuerto con más de 3 horas de antelación…
¿Conoces Marrakech? Si aún no has estado, espero haber conseguido que te pique un poco la curiosidad por visitar una de las principales cuidades de Marruecos.
A mi me encanta Marrakech!! Aunque sí es verdad que a veces es agobiante.
Cuando fui no existían casi ni los blogs ni había internet en los móviles, así que me perdí bastantes cosas… ¡y estoy deseando volver! Y llevar a Andre, que le gustó mucho Marruecos.
Coincido contigo en que ver el atardecer desde las terrazas de la plaza El-Fna es imprescindible, y la excursión a las cataratas me flipó, también!
Un beso
Siii, ya sé que te encanta! No me quiero imaginar cómo tuvo que ser viajar sin información de blogs, sin info en el móvil… Eso si, la gente es encantadora y hay mil sitios increíbles para ver! Y las cataratas y la plaza Jemaa el-Fna… un must!